Dieta para la disentería en adultos
La disentería es una enfermedad infecciosa causada por una bacteria del género Shiggel y que afecta el tracto gastrointestinal. A través de la cavidad oral, los bacilos disentéricos penetran en el tracto digestivo y se instalan en el intestino grueso. La enfermedad se acompaña de lesiones anatómicas y fallas funcionales del sistema digestivo. En este caso, se observa intoxicación del cuerpo. Las heces frecuentes tienen una consistencia líquida y un componente mucoso sanguinolento.
El agente causal se transmite de un paciente con disentería o de una persona que es su portador por contacto, hogar, agua o alimentos. Puede infectarse a través del agua cruda, frutas sin lavar, manos sucias. Los portadores de la infección también son moscas y cucarachas. El agente causal se caracteriza por un modo de propagación fecal-oral.
Las bacterias del género Shiggel se caracterizan y difieren entre sí por la capacidad de penetrar en el cuerpo, adherirse (unirse a otras células), reproducirse posteriormente y luego formar toxinas. Estas características son más pronunciadas en la bacteria Grigoriev-Shiga, menos en Flexner y aún menos en otras especies.
Al descomponerse en el cuerpo humano, las Shiggel liberan exotoxinas y endotoxinas. Shiggels Sonne tiene una tasa de supervivencia muy alta en el ambiente externo. En condiciones favorables, no pierden sus propiedades biológicas hasta por seis meses. Por tanto, pueden colonizar en los alimentos, incluso en aquellos que hayan sido previamente cocinados.
La disentería puede ocurrir en forma aguda o crónica. En ambos casos, el paciente es un distribuidor de la infección. La disentería aguda es formas leves, moderadas y severas de gravedad. Con una forma leve del curso de la enfermedad, el paciente a veces se recupera en una semana. En este caso, la probabilidad de formación de disentería crónica es alta. La forma grave puede ser fatal.
Principales síntomas de la disentería:
- vómitos;
- dolor y ruidos en el abdomen;
- aumento de la temperatura;
- dolor de cabeza;
- defecación frecuente (varias docenas de veces al día), que tiene una fracción líquida con componentes sanguinolentos y mucosos;
- f alta de apetito.
El mayor peligro son las posibles consecuencias causadas por la disentería, a saber, sangrado intestinal, bacteriemia (bacterias que ingresan al torrente sanguíneo), megacolon tóxico (acompañado de alteración del movimiento intestinal y expansión del colon), síndrome urémico (conduce al desarrollo de insuficiencia renal y problemas para detener el sangrado).
La disentería se diagnostica en función de los resultados del cultivo de heces para identificar agentes infecciosos (método bacteriológico).
El médico especialista en enfermedades infecciosas determina el tratamiento según los resultados del cultivo y los datos clínicos. Sin embargo, el tratamiento no consiste sólo en el cumplimiento estricto de la prescripción, sino también en la observancia de la dieta estricta necesaria.
Dieta para la disentería
Es importante comprender que cuando aparecen síntomas de disentería, se debe llamar a un médico o un equipo de ambulancia a la casa en caso de un curso grave de la enfermedad. Sin embargo, si el paciente tiene una forma leve de disentería y no ve motivo de preocupación, entonces debe saber que en el proceso de tratamiento definitivamente debe seguir una dieta especial, ya que los bastoncillos de disentería afectan las paredes del intestino (sus mucosas). membrana).
En los primeros días de la enfermedad, acompañada de una intoxicación severa, se recomienda tomar alimentos líquidos cada pocas horas: compotas variadas, jalea, caldos de carne, jugos de frutas, jalea. No debe consumir bebidas carbonatadas, alimentos densos (incluso puré de papas) y leche. Esto mantendrá tu tracto digestivo liviano y ayudará a prevenir la acumulación de gases.
Después de la desaparición de los signos de intoxicación, debe comer con frecuencia, en pequeñas porciones fraccionadas hasta siete veces al día. Al mismo tiempo, vale la pena dar preferencia a los alimentos con proteínas, pero sin renunciar a las grasas y los carbohidratos. Las comidas deben permanecer mezcladas y completas.
Se recomienda utilizar sopas mucosas con cereales sobre una decocción de verduras; trigo sarraceno, arroz y avena hervidos, frotados a través de un tamiz; huevos, al vapor o pasados por agua; pescado magro y carne en forma de puré de patatas o soufflé; mousses de bayas moderadamente agrias. Coma más alimentos que contengan las siguientes vitaminas: ácido ascórbico, retinol, filoquinonas (K1) y vitaminas B. Después de unos días, puede comer alimentos sólidos: pan blanco seco, puré de pescado o carne hervidos, requesón, manzanas al horno.
También es importante beber suficientes líquidos para evitar la deshidratación. El cumplimiento de la dieta ayuda a acelerar el proceso de curación, afecta favorablemente el resultado de la enfermedad y previene la aparición de disentería crónica.